Tan sólo es un...

Querido amor:

Eres mi tesoro, adorable y delicioso; al estar contigo te saboreo como si fueras una fruta suculenta, esperando para ser consumida hasta desaparecer por completo dentro de mi cuerpo. La vida nos reserva muchos placeres, pero el mayor que ya tuve, fue la inigualable sensación de tus labios recorriendo mi cuerpo.
Besando y acariciando con ellos cada centímetro de mi piel, despertando en mí, sensaciones, ideas y pensamientos, que pensé solo existir en las revistas o en las películas.
Me llevaste a una verdadera locura, al intentar adivinar hacia donde se dirigían tus besos, y me sentí plena cada vez que llegabas al punto exacto de mi cuerpo, a donde mis suspiros y mis susurros te guiaban, sin que fuera necesario, pronunciar ninguna palabra.
Contigo descubrí el amor en todas sus formas, en el que la entrega es plena y total, de alma, mente y cuerpo; pues cuando me besas, mi alma se abre como una flor para recibirte.
Cuando me expresas tus sensaciones en palabras, mi mente se pierde en torbellinos de imágenes incandescentes, que hacen mi cuerpo curvarse ante las necesidades del tuyo, ansiando por el momento en que nos uniremos en ondas interminables de pasión y deseo.
En esos momentos mágicos, el anhelo más intenso, que surge de las profundidades de mi femeneidad, es hacerte saber que eres el hombre de mis sueños, y por eso quiero retribuirte, cada una de las sensaciones maravillosas que me proporcionas.Y en medio de ese frenesí alucinante, que despiertas en mi ser, voy guiándote, por los paisajes de mi cuerpo, descubriendo los secretos lugares, donde habita el placer, para regalarte con la fluidez de mi deseo. ¡Ven! Te espero en nuestra cama de estrellas, para que soñemos el deseo, con toda la sensualidad y el erotismo, que el Universo nos brinda a cada encuentro de este amor total.
Siempre tuya